Dos imaginarios reportes astronómicos

Primer reporte de avistamiento del tercer planeta interno del sistema planetario enano:

El planeta descubierto se halla en un sistema interesante, perteneciente a una galaxia elíptica vecina a una espiral y situada en una esquina del cúmulo de galaxias, suficientemente distanciada del agujero negro supermasivo central, así como en un feliz plano angular que elude los chorros radioactivos de otros quásares.
El planeta es un hermoso dínamo natural cuya vuelta completa de rotación dura veinte horas. Calculamos que en unos cuantos millones de años se estabilizará en unas propicias veinticuatro horas, necesarias para evitar los terribles vientos y brutales mareas. Es capaz de producir su propio escudo electromagnético que lo protege de la radiación de un sol mediano distante a unos, felices, ocho minutos-luz. Es capaz de autorefrigerarse y aliviar su presión interna a través de un movimiento de placas tectónicas y la explosión cíclica de sus volcanes, ocasionando tanto desastres biológicos como potenciando la creación de organismos cada vez más complejos.
En su interior de hierro líquido, el planeta tiene una interesante provisión de uranio; material pesado y radioactivo que, como sabemos, solo puede haber sido producido por la presión y calor interno gestado en una supernova.
El nuevo Sol resultante de tal explosión se halla a una distancia perfecta para que el agua –probablemente traída por los cometas-, se halle en sus tres estados ejerciendo un influyente poder diluyente y aglutinador de diversos átomos presentes y probando ser una probeta excelente para el encadenamiento molecular. Sospechamos que generará la posibilidad de crear organismos más complejos a los unicelulares que ya se hayan presentes en sus mares internos.
Es curiosísima la suerte ubicua de este planeta. Su satélite distante a un segundo-luz, actúa como una eficiente polea gravitatoria y activa las mareas referidas que ayudada por los deshielos de los polos, originan corrientes dispersantes de ricos nutrientes y equilibran la temperatura planetaria. Hemos hecho varios cálculos de su influencia sobre el planeta en mención. Si este satélite no estuviera ejerciendo su influjo gravitacional, el día duraría ocho horas, originando una serie de consecuencias atmosféricas y afectando las estaciones. Es importante anotar que su origen se remite a la acumulación gravitatoria de los restos dejados por el choque del planeta con otro cuerpo de menor masa. Y se está alejando a razón de tres centímetros por año. Calculamos que unos millones de años, antes de esta primera observación, estuvo más cerca del planeta produciendo con cada bajada y subida de marea, inmensas inundaciones y maremotos catastróficos, muy propicios para llevar de la tierra al mar, diversos minerales e importantes sustancias orgánicas. No seríamos capaces de asegurar la capacidad de este planeta para desarrollar vida alguna, si no tuviera la presencia de este satélite. Además, tiene una feliz inclinación sobre su eje. La muy singular y feliz venia que hace a su Sol, le permite activar complejos procesos de diversa índole a escala global.
En la distribución de los otros planetas exteriores al mencionado, cuenta con uno muy especial. Otra gran y feliz casualidad: es un gigante gaseoso cuya potente gravedad le protege de los intensos bombardeos de asteroides provenientes de los restos de la explosión de la supernova, los cuales se hallan agrupados en dos cinturones que orbitan a prudente distancia pero que siempre serán constante amenaza a la estabilidad del sistema planetario interno. Sin embargo, este planeta gaseoso de alta radiación es un buen escudero y calculamos que tendrá el poder suficiente para proteger a sus hermanos menores. Si no hubiese estado presente, sin duda alguna el planeta estudiado tampoco hubiese tenido las posibilidades ni el tiempo suficiente, que tiene hoy, para desarrollar vida sostenible sobre su superficie.
El planeta en estudio tiene tantas y tan buenas casualidades y causalidades juntas que es la prueba palpable del milagro cósmico que buscábamos. Veremos qué sucede a nuestro regreso en los próximos miles de años, después de que doblemos el espacio-tiempo para visitar otros prospectos de vida en galaxias vecinas. Cuando regresemos, el tiempo sobre su superficie habrá pasado más rápido; quizás varios millones de años. Solo esperamos que para entonces ya hayan evolucionado a nuestra quinta dimensión y no les sigamos siendo tan solo unos fantasmas.

Segundo reporte del tercer planeta del sistema planetario enano: (millones de años después)

Aproximándonos nuevamente al tercer planeta del sistema planetario enano vamos constatando la presencia de un virus que reina sobre su superficie. Hay presencia de algunos organismos simbióticos. Sin embargo, todavía se puede apreciar las pruebas físicas de la preeminencia de una especie anterior a ellos. Tales restos indican que desarrollaron una tecnología y capacidad de autodestrucción de su medioambiente a escala global, después del cual evolucionaron otras especies de menor jerarquía. Pero, al parecer el organismo vivo más grande, es decir el propio planeta, ejecutó un plan natural de control de plagas contra tal riesgo, dando origen a tal virus justiciero que hoy parece enseñorearse sobre su superficie.
Hemos podido captar tardíamente la emisiones radioeléctricas, viajando por el espacio, de estos antiguos seres humanos, y aún seguimos sin entender el Armagedón de su terrible destino. Nos hemos resistido a ver más de su tonta desgracia. Fue penoso comprobar cómo su desarrollo tecnológico se dirigió principalmente a crear mecanismos de sojuzgamiento sobre sus semejantes. Nunca superaron su estadio de apetitos primates y, menos, controlar el poder que tuvieron en sus manos. Fueron muy pocos los que llegaron a abismarse a los más profundos conocimientos del universo.
Hay restos de su tecnología en su satélite vecino. Restos de colonias que están muertas y cubiertas por el fino regolito. Dudamos que haya sobrevivientes bajo su superficie. Lo exploraremos.
Mientras intentamos comunicarnos con los otros seres, ahora reinantes en este tercer planeta, captamos otra señal de comunicación que proviene de uno de los satélites del gigante planeta con anillos de hielo. ¿Será que algún ser humano logró llegar hasta allá o es solo el vestigio postrero de su desgracia? Parece tan solo una débil señal automática de auxilio y cuando no tenemos respuesta a nuestro saludo concluimos que no ya hay nadie vivo atendiendo tal emisión.
Ya no insistimos, porque desde el tercer planeta otros seres nos responden. ¡Gran logro! De alguna manera lograron evolucionar a nuestra quinta dimensión. Pueden vernos y escucharnos. Ya no están alejados ni separados de nosotros en su plano y chato espacio-tiempo de tres dimensiones. En un lenguaje binario nos alertan sobre el peligro de acercarnos a esa luna que tiene el planeta con anillos de hielo.
Les decimos que allí parece no haber nadie vivo y les preguntamos cómo se llaman. Su primera respuesta es un saludo de paz y bienvenida. Son seres inteligentes, altamente evolucionados que los seres humanos llamaban cucarachas.

Autor: Sir Gus D’lahamaqué, “Il cavaliere Immobile”